sábado, 19 de abril de 2014

Aimerais-tu t'évader?

Pertenece a los tópicos de la crítica cultural moderna juzgar el escapismo como una pulsión irresponsable ante los imperativos del principio de realidad, susceptible incluso de degenerar en estados patológicos de disociación. 

Sin embargo, algunos de estos planteamientos parecen no haber comprendido un hecho antropológico previo a cualquier juicio de valor: que el ser humano es un animal inquieto que necesita ausentarse provisionalmente de una realidad generadora de dolor y angustia y que algunas formas de evasión desempeñan una función valiosa incluso desde el punto de vista de la supervivencia.
(de la reseña de “Escapismos”, de Yi Fu Tuan)

En va espereu que els dies
prodiguin meravelles.
No hi ha ocells, asseguro,
ni flors en la nit alta.
Només crit uniforme
de l’ombra, pedra grisa
i, en vosaltres, crepuscles
descolorits que us burxen
fatalment les espatlles.
Hi ha un remei: evadiu-vos.
Evadiu-vos! No us manquen
pas espills ni vehicles
per fer la prova.
Altrament, no puc dir-vos
cap secret de l’ofici.
Sóc antic i vosaltres
no em podríeu comprendre.

En vano esperáis que los días
prodiguen maravillas.
No hay pájaros, aseguro,
ni flores en la noche alta.
Solo grito uniforme
de la sombra, piedra gris
y, en vosotros, crepúsculos
descoloridos que atizan
fatalmente vuestros hombros.
Hay un remedio: evadíos.
¡Evadíos! No os faltan
espejos ni vehículo
para hacer la prueba.
Aparte de eso, no puedo daros
ningún otro secreto del oficio.
Soy antiguo y vosotros
no podríais comprenderme.


De Paraules al vent, Miquel Martí i Pol

Edith Piaf, la Amy Winehouse de la chanson française: