sábado, 3 de mayo de 2014

insania

En mi casa había infinitos libros de pintura. El número podía contarse, pero los libros no tenían fin. No puedo saber las horas que pasé examinando los cuadros de El Bosco, pero si algo tengo claro es que es mentira podrida que el surrealismo aparece en el 1900. John Lennon dijo en una entrevista que el surrealismo le produjo una profunda impresión porque se dio cuenta de que las imágenes que poblaban su mente no eran insania. Si pudiera elegir un superpoder, un don de entre todos los posibles, eligiría saber dibujar.
Ahora que hay internet ya no se estila pasar la tarde hojeando libros y enciclopedias. Pero a Dios pongo por testigo que si me gano la lotería voy a atiborrar mi casa con libros de pintura, para que mi hija tenga la posibilidad de toparse con ellos.

Otro recuerdo y los dejo. (Está bien, dos más). Santa Águeda de Zurbarán. Una mujer llevando sus senos en una bandeja. Horas y horas mirando incrédula esa pintura tan desasosegante y el vínculo remoto con una cierta sensualidad, algo que temía enfermo, entre esa pintura y las obras completas del Marqués de Sade. Lennon, sí, no es insania, el arte es catalizador y espejo de las emociones más extrañas y mezcladas.