jueves, 24 de enero de 2013

La belleza y el horror

Leyendo "La mort de l'altre", de Teresa Ibars, recordé este accidente. Fue muy bestia y, sin embargo, rara vez lo recuerdo. Siento que he vivido muchas vidas.
Esto fue lo que escribí entonces:
(enero 2013)
La belleza:
El horror:
Yo iba en ese coche. Iba sola, no me choqué contra nadie y estoy ilesa.
Yo no iba en esa barca, pero he ido en barcas similares. A mí esto me parece una certera metáfora de la vida (eso de quedarte, cuando pasa tanta fuerza y tanta belleza, preguntándote qué carajo fue eso) y de los amigos/encuentros fugaces/instantes de belleza (cada uno, una bandada de estorninos que te danza enfrente y una ya no puede ser la misma)...
Lo mejor es la complicidad entre las dos pibas. Qué afortunadas de haber vivido eso juntas. Cuando la muerte te pega una cachetada pasa igual que con la belleza, uno queda igual de agradecido de la vida. Salud, lectores. y a vivir, que son dos días.

viernes, 11 de enero de 2013

La ficción es amor

Esta foto es del 2004. Me encontré una iglesia evangélica donde antes estaba el cine Trocadero. Ahora van a poner otra iglesia de estas en el antiguo Cine Plaza. Dios es amor, se llama. ¿Amor? ¿Qué carajo sabe ningún dogmático del amor? ¿Somos humanos o amebas? El dogmatismo nunca fue amor. Ponerte en la piel de un pederasta, descubrirte en una escena de incomunicación familiar, imaginarte la posibilidad de viajar al futuro, descubrir que mantener diálogos imaginarios o tener flashes visuales no es una dolencia mental sino una manifestación muy extendida de la fantasía... eso es amor. La ficción es amor.