miércoles, 24 de agosto de 2016

Las cosas por su nombre


Hoy amanecimos con la imagen de cinco policías uniformados obligando a una mujer a desnudarse a punta de pistola. [Insertar aquí grafiti de Banksy (aún no creado) ilustrando el hecho]. I can’t believe the news today. No, no eran de Boko Haram. Ni eran los energúmenos que hace un mes se vanagloriaron por whatsapp de estarse “follando a una entre los cinco” en Pamplona. Era en Niza y los agresores (¿de qué otro modo llamarlos, sino?) eran funcionarios de las fuerzas de seguridad de La République, que, en cumplimiento de la nueva normativa, además de multar a la ciudadana francesa la forzaron a descubrirse.
Hoy sí que me pondría la bandera de Francia con un crespón como imagen de Facebook, porque la République ha muerto, y la han matado los franceses. ¡Europeos, despertemos! Se viene una época negra, negrísima, como la del negro reinado de los tricornios acá en España en vida vuestra. Fue entonces que Unamuno intentó convencer, ya que no podía vencer, con un ¡Viva la vida! que quedó silenciado durante décadas y hoy se relata como una manera más de ilustrar todo lo que la dictadura de Franco mató. Pero no fue Franco, es preciso entender esto, fue una Fuente Ovejuna perversa, lo peor del ser humano refulgiendo impune, qué digo impune, cubierto de gloria, vivado y loado por el grueso de los vecinos (mientras algunos se quejaban en voz baja hasta que pasaron décadas y ya directamente se olvidó que lo que había que pulir era lo que nos hacía mejores, humanos en su acepción de grandeza, no la porquería que también podemos ser y de la cual era adalid esa escoria que, pistola en mano, daba vivas a la muerte y a la inteligencia, y de la cual eran adalides también, y quizás sobre todo, las pequeñas escorietas que les coreaban la gracia, les aplaudían los crímenes, cogían -sin estar libres de pecado- la primera o la segunda piedra).
Según reporta The Guardian, como justificación de la agresión perpetrada por las autoridades (la prensa no la califica de agresión) se adujo que el atuendo de la mujer no respetaba "la moral y el secularismo". (mira tú, como la chica de 18, que "iba vestida como buscando"). La mujer fue obligada a desnudarse a punta de pistola y delante de su hija, que al parece lloraba y a quien, según imagino por el tenor de la nota, nadie habrá consolado. Los presentes no solo no defendieron a la mujer sino que aprovecharon para vilipendiarla y gritarle "vete a tu país". (He aquí otra imagen a la que me lleva mi memoria: una mujer es lapidada por adúltera y los presentes en lugar de defenderla se apuntan al apedreo –la imagen de mi recuerdo es de Zorba el Griego, una ficción (otra vez el valor de los artistas e intelectuales: consiguen hacernos comprender cosas a través de la percepción, cosas que de otro modo no comprenderíamos, como en esa escena en que era obvio que apedreaban a la viuda por envidia de no habérsela follado ellos -y siempre es así, “habérsela follado”, en términos de mando- y nótese que era en la Grecia de hace una cincuentena de años nomás), pero en la prensa tenéis también ejemplos. O en la Biblia, ya puestos, y no olvidemos que uno de los pilares de la civilización occidental, Don Jesús de Judea, fue el único que le paró la mano a los enardecidos varones que apedreaban a María Magdalena. Y nótese que no hablo de cristianismo sino de civilización occidental porque ya lo dicen los adalides de La République, la agresión a la mujer en Niza fue en nombre del secularismo.
Tengo demasiada edad para no saber que el ego es una reverenda estupidez. Pero hoy quisiera ser una artista famosa o una intelectual influyente a quien Le Monde y el New York Times le pidieran artículos de opinión. Sí, y The Guardian, y hasta El País. No Democracy Now, ni ningún medio indie. Quisiera usar mi retórica para convencer, ya que no puedo vencer. Aunque quizás esté siendo una romántica anacrónica y lo que debiera ser es famosa a secas, “de profesión: famosa”, para salir en la tele y en las revistas presumiendo de burkini. Pero no, no sería más efectivo porque se perdería en el ruido mediático, en la desesperada carrera armamentística de las performances. No. Hace falta ficción. Y retórica. Y respeto por el verbo, como decía el otro día Remei Margarit en su columna de La Vanguardia. Nos roban hasta la retórica y quieren vaciar de sentido las palabras. Lo de ayer no fue una sanción:
Una agresión sexual, terrorismo de estado, violencia machista, racismo, acto de guerra contra civiles, un linchamiento, el triunfo del fascismo: eso fue lo que pasó ayer en Niza.


3 comentarios:

  1. Lo que dices es verdad. Lo que han hecho hoy no sirve ni servirá para nada, pero mientras nosotros hacemos esto muchos musulmanes, que por norma general son unos cerdos machistas, nos matan y se matan en nombre de la religión... gente refugiada a la que les abrimos las puertas realizan tocamientos, violaciones, atentados...., etc, etc.

    Somos demasiados indolentes con los musulmanes. Los musulmanes pongamos que matan a un sacerdote y parece que todo el mundo se olvida... en cambio si nosotros matamos a un musulmán no quiero ni imaginarlo.

    No todos los musulmanes son como digo, pero esto hay que combatirlo, y de la forma que se hace no es para nada efectiva.

    Para combatirlo tiene que existir un control real de la inmigración y saber quien pasa las fronteras. A los asesinos que les dejen en su país y se maten entre ellos. Nosotros como somos tan humanitarios y tan buenas personas debido a la crisis humanitaria de Siria abrimos la puertas y ahora estamos recogiendo lo sembrado.

    A la gente musulmana que no se comprometa a aceptar una serie de criterios sobre nuestra cultura, pongamos por ejemplo la igualdad entre el hombre y la mujer, se tolera la homsexualidad, etc, no hay que hacer lo que sea para que no vengan a nuestro país. Si en la práctica no se cumple lo que se ha prometido hay que deportarlos.

    Además policías, guardas de seguridad, policías jubilados y otro personal autorizado debería estar autorizada a llevar armas y actuar rápidamente y de forma letal contra musulmanes o gente local que se decide a realizar una masacre.

    Si lo hacemos como lo hacemos lo único que se conseguirá es que cada día hayan más atentados.. y que con el paso del tiempo se incremente el número de musulmanes radicales. Hay que empezar a defender nuestros valores y nuestra identidad europea.

    A Daesh + restos de radicales hay que aplastarlos, y todos los políticos se deberían poner a trabajar sus ejércitos para trabar acabar con estos radicales.

    Espero que no te haya sonado muy fascista.

    Para finalizar decir que los musulmanes, con o sin razón, están organizando una guerra y si se organiza una guerra hay que prepararse para la guerra y no ir con medidas buenistas.

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  2. Creo que coincidimos en una de las ideas centrales de la nota: que la acción que tuvo lugar en Niza no contribuye a disminuir la violencia sino todo lo contrario.
    Ahora bien, yo creo que lo que atenta contra "nuestros valores y nuestra identidad europea" en el caso de este incidente es la actitud de la policía, no la de la señora que se cubría el cuerpo.
    En cuanto al otro tema, yo también desearía que se acabaran los extremistas intolerantes, tengan la procedencia que tengan, pero discrepo contigo en que la manera sea emplear el ejército o cerrar las fronteras.
    La gente que llama desesperada a las puertas de Europa huye de una violencia inenarrable, la violencia de los sanguinarios de Daesh o de los salvajes chalados que van por libre. Es decir, de los mismos que nos han hecho probar el sabor de la violencia aquí, en Europa. No te olvides que todos los autores de los atentados eran europeos, criados y creo que también nacidos acá (aunque de esto último no estoy segura, pero qué más da donde hayan nacido, hablamos de gente criada en Europa que se siente marginada, no de los refugiados que huyen de la violencia).
    El problema no es la inmigración ni la religión. Eso es simplista. La radicalización de los marginados de Europa y la guerra allá son temas complejos que ni podría ni sabría resumir, pero hay cuestiones históricas y, sobre todo económicas, de fondo. Los que sufrimos las consecuencias deberíamos ser solidarios los unos con los otros, no tragarnos el discurso de que el que habla otro idioma o adora a un dios distinto es nuestro enemigo.
    Ahora soy yo quien espera no haberte sonado demasiado "buenista". Me parece muy positivo debatir sobre esta que, no tengo dudas, es la cuestión más grave de nuestro siglo, y está buenísimo que hayas comentado. Muchas gracias y saludos.

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  3. Tu comentario me parece correcto. A veces es más importante como se aplica el método que no el método en sí. La realidad es que lo que hacemos vemos que va mal y nadie reacciona ni hace nada para intentar mejorar el problema.
    En ningún momento pretendo cerrar las fronteras. Igual algún día nosotros nos encontramos en una situación similar. Hoy te ayudo yo y mañana me ayudas tú.
    Simplemente pido que se analice quien entra y quién no entra. Si alguien llama desesperado por una crisis humanitaria y es un delincuente y un terrorista en potencia se queda en su casa.
    El ejército lo emplearía para atacar a Daesh. Un ejército formado por tropas de varios países que se infiltren donde haga falta y acaben con quien tengan que acabar sin inmiscuirse en otros asuntos ni con otros fines tal y como hacen los americanos.
    Los últimos atentados en Alemania han sido perpetrados por refugiados. Pero sí que es verdad que muchos atentados que han sido realizados por gente convertida. Gente que seguramente por una sociedad corrupta e injusta no tienen objetivos ni nada que perder y finalmente acaban convirtiéndose en radicales por internet, en la cárcel, en la calle etc. Para evitar que la gente se convierta créeme que hay medidas efectivas… Por ejemplo una seria aplicar la pena de muerte a todos los terroristas.
    Bien es cierto que aplicar la pena de muerte u otras medidas tampoco solucionarían el problema de fondo que como bien dices es más complejo y seguramente los americanos tienen una gran parte de culpa con una economía cuyo crecimiento históricamente se basado en las guerras que provocan cada dos por tres.

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