viernes, 7 de octubre de 2016

Último botín

Refloto el blog como lugar de adoración de obras de otros, sin afán de crítica ni reseñista (oficio que no disfruto y no pienso practicar) sino de puro entusiasta nomás. Si alguien anda buscando qué leer y le sirven mis impresiones, entonces Dios habrá salvado un gatito en algún lugar del globo, como dicen los bloggeros más jóvenes que una.
Después de la cúspide que alcancé leyendo The Bone Clocks, de David Mitchell (¡dejen todo y pónganse a leerlo!) en la foto está el botín de mi visita a Uruguay.
Estoy con Speak Memory, las memorias de Nabokov que encontré en Tristán Narvaja, de una exquisitez en imágenes que no tiene parangón. Maravilloso.
En el tránsito hacia casa me zampé Iris Play, de Mercedes Estramil, cuya narradora desayuna limones con bicarbonato (y a mí el ácido corrosivo siempre me encantó). Muy bien escrito y divertido y con la extensión justa porque el tema de las vicisitudes de una escritora da para un despliegue de estilo y erudición (en realidad son ensayos sobre literatura universal soberbiamente escritos por un personaje bien construido) pero si se extendiera más, dejaría de tener interés, en mi humilde opinión por supuesto.
Y como los helados marmolados que me zampé en el paisito, las memorias de Nabokov las estoy veteando con Eucaliptus, de A.A.Cánopa, a quien conocía como crítico de cine y que veo que es también buen narrador (la prosa es cuidadisima y las imágenes visuales y nuevas (vade retro lugar común), pero hay algo que me suena un poco desafinado, no sé bien qué es, quizás la forma en que usa los tiempos verbales, o sencillamente que estoy cayendo en la falacia de mezclar su biografía con su obra y eso de que haya nacido cuatro años después del ochenta me pone en alerta -en prejuicio, mejor dicho. Dedo pa' abajo por mi prejuicio, entonces, pero hay algo....no sé qué...igual, voy por el primer cuento nada más y, repito, gústame y quiero más, que es el mejor piropo que puede hacérsele a una obra.
A los de Peixoto y Mella todavía no les he entrado, los elegí con el método "vistazo rápido y cierta influencia de la moda." (esta vez me dejé los euros en un solo puestito de la feria del libro, cuando llegué al el de las 23 editoriales indies ya no tenía plata).
Hasta pronto.

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